La Universidad se obliga a poner a disposición de los trabajadores académicos, las condiciones que garanticen la eficacia de su trabajo, entre ellas el material didáctico indispensable, los libros de texto y de consulta que deberán existir en las bibliotecas correspondientes y a otorgar facilidades a los trabajadores académicos para el uso y consulta de uno y otros, así como la infraestructura y los medios informáticos, el espacio y el equipamiento necesarios en los lugares de adscripción.